El nombre lo portaba en honor al volcán homónimo japonés ubicado en la prefectura de Kanagawa.
Estos cambios se centraban en el armamento, abandonando las seis torretas de un único cañón que serían reemplazadas por tres torretas dobles, y equipando una catapulta.
Desde 1938 hasta 1940 el Kinugasa, al igual que su gemelo, experimentó una profunda reconstrucción.
En la base de Sasebo, en Nagasaki, recibió nuevos tubos lanzatorpedos y artillería antiaérea.
El oficial torpedista asumió el mando, iniciándose la inundación de zonas de estribor para compensar la escora, que pese a corregirse inicialmente, alcanzó los 7° algo después.