según las fuentes japonesas, fue una batalla decisiva en la serie que enfrentó a las fuerzas Aliadas (principalmente estadounidenses) contra las fuerzas japonesas, en lo que tradicionalmente se ha denominado de manera conjunta como la batalla de Guadalcanal.
Tras instalarse las fuerzas aliadas, se inició la batalla de Guadalcanal, la cual duró seis meses.
[5] El ejército solicitó la ayuda de Yamamoto para entregar los refuerzos necesarios a la isla y apoyar la ofensiva planificada contra las fuerzas Aliadas que protegían Henderson Field.
[5] Además de los dos acorazados, la fuerza japonesa incluía al crucero ligero Nagara, junto a otros once destructores: Samidare, Murasame, Asagumo, Teruzuki, Amatsukaze, Yukikaze, Ikazuchi, Inazuma, Akatsuki, Harusame y Yudachi.
[7] Callaghan, al parecer, tuvo la intención de intentar cruzar la T japonesa, como Scott había hecho en el cabo Esperanza, pero la confusión causada por las informaciones incompletas que recibía, junto al hecho de que la formación japonesa estaba constituida por varios grupos dispersos, le hicieron emitir órdenes para el desplazamiento de sus barcos que dieron resultados extraños.
[5] Mientras tanto, las formaciones de ambas fuerzas siguieron hacia adelante y comenzaron a entremezclarse entre sí.
El Akatsuki explotó y se hundió en pocos minutos, pero no antes de haber atacado al Atlanta con un torpedo Tipo 93.
[9] Ante la presencia de un crucero pesado en la formación estadounidense, varios barcos japoneses pudieron quizá tener como objetivo al Atlanta, probablemente Nagara, Inazuma e Ikazuchi, además del Akatsuki.
[6] El Atlanta, sin poder ni capacidad para disparar sus armas, quedó a la deriva, sin control.
Laffey cruzó tan cerca del Hiei que estuvieron a punto de chocar, librándose solo por apenas 6 metros.
[7] Sterett y O'Bannon igualmente dirigieron varias ráfagas contra la superestructura del Hiei, y quizás uno o dos torpedos contra su casco, causándole daños más graves aún, antes de que ambos destructores se perdieran en la oscuridad.
[6] Junto a Kirishima, Inazuma e Ikazuchi, los cuatro barcos dispararon repetidas veces sobre el San Francisco, inutilizando su control de dirección y matando al almirante Callaghan, al capitán Cassin Young y a la mayor parte del personal del puente de mando.
[11] El Helena siguió al San Francisco para intentar protegerlo de posibles nuevos daños.
Incapaz de aguantar, la tripulación del Cushing abandonó el barco, hundiéndose éste varias horas más tarde.
[7] Los destructores japoneses abrieron fuego contra el Laffey para luego lanzarle un torpedo que rompió su quilla.
Unos minutos más tarde, sus municiones se incendiaron y voló por los aires para hundirse a continuación.
[5] El Monssen evitó la ruina del Barton avanzando hacia adelante en busca de objetivos.
[5] Robert Leckie, un marine destinado a Guadalcanal, describió la batalla: Los proyectiles de un color rojo terribles.
El camino estaba despejado para Abe en su misión de bombardear Henderson Field, y, quizás, terminar con las fuerzas navales estadounidenses presentes en la zona, limpiando el camino para la llegada de tropas y provisiones a Guadalcanal.
Sin embargo, en esta coyuntura crucial, Abe decidió abandonar la misión y marcharse de la zona.
[5] El Amatsukaze fue atacado por bombarderos, pero conducido en su huida hacia Truk y devuelto a la acción varios meses más tarde.
llegó a pensar que habían hundido un total de ocho barcos japoneses.
Incluyendo el hundimiento del Juneau, las pérdidas totales estadounidenses en la batalla fueron de 1439 bajas.
El submarino USS Trout acechó, pero fue incapaz de atacar al Kirishima mientras repostaba combustible.
[5] La flota se acercó a Guadalcanal cerca de la medianoche,[5] aprovechando la mediana visibilidad.
[6] Usando la localización por radar, los dos acorazados estadounidenses abrieron fuego sobre el grupo del Sendai a las 23:17.
Cuando los japoneses atacaron al South Dakota, se despejaron las dudas sobre si los barcos eran aliados o enemigos.
Finalmente, los barcos japoneses detectaron al Washington y lanzaron varios ataques con torpedos, pero gracias a la gran maniobra de su capitán, el Washington los evitó todos y también evitó encallar en zonas de poca profundidad.
Los cuatro transportes japoneses se vararon en Tassafaronga, Guadalcanal, hacia las 4:00 del 15 de noviembre.
Estas tropas y provisiones no eran suficientes para tener un efecto significativo sobre la defensa japonesa de Guadalcanal.