En la fe cristiana, se asocia con los términos «anonadamiento»,[3] «vaciamiento», «despojamiento», «desapego» o «desasimiento» del alma.
La kénosis sostiene que estos cambios fueron temporalmente asumidos por Dios en su encarnación.
Cuando Jesús asciende a los cielos después de la resurrección, reasume completamente todos sus atributos divinos.
Específicamente se refiere a los atributos de Dios que son pensados como incompatibles con una naturaleza humana.
Por ejemplo la omnipotencia, omnipresencia, omnisciencia, tanto como su aseidad, eternidad, infinitud, impasibilidad, e inmutabilidad.