La mayoría de ellas se ha perdido hoy en día, pero para el año 1800 todavía existían algunas cuando tuvo su auge la emigración a Australia.
Hay dudas sobre sí se mantuvieron puros al ciento por ciento, ya que los pragmáticos propietarios de rebaños cruzaban sus buenas hembras de trabajo con los mejores perros que podían encontrar, sin importar su genealogía.
La llamó kelpie (un espíritu del agua cambiante de la mitología celta), y la encontró una espléndida trabajadora.
La raza kelpie se basa en estos comienzos, con cruces a lo largo de los años con otras líneas.
Durante muchos años se creyó que los negros eran una raza aparte llamada barb.
Es largo por el vientre, llegando a formar un fleco en las patas posteriores, mientras que el resto de las extremidades poseen un pelo corto.
Se hacen mucho a un solo dueño, y aunque es leal e inteligente, es muy independiente, aspecto imprescindible para su trabajo.
Las estadísticas del trabajo que ahorra son asombrosas, y muchos granjeros americanos están conociendo el valor de estos perros.
Pueden hacerlos pasar por las vacunaciones veterinarias, ayudar a cargarlos, y llevarlos carretera abajo hacia otro pasto.