KV55 es de la dinastía XVIII, siendo un lugar arqueológico problemático pues parece haber sido utilizado para varios enterramientos: se atribuye el primero a la reina Tiy, basándose en la capilla de madera rota dedicada a ella (Tiy fue traída aquí tras el abandono de Amarna, y finalmente llevada a KV35).
Un dibujo en un ostracon hallado por Lyla Pinch Brock en 1993, ha sido interpretado como el plano de la tumba, sugiriendo que su entrada original había sido ampliada, corroborado por las marcas encontradas en las paredes de la tumba.
Se pensaba que esta momia era de Ajenatón, debido a la presencia de algunos artículos funerarios (principalmente, ladrillos mágicos) así como por el vandalismo sufrido por el sarcófago (Ajenatón fue vilipendiado posteriormente como hereje).
Además, la momia presenta varias semejanzas con la de Tutankamón: labio leporino, cráneo dolicocéfalo y escoliosis.
Los retratos de Ajenatón fueron borrados con cincel, en su sarcófago la máscara dorada fue rasgada y el cartucho con su nombre eliminado, para condenarlo al olvido eterno.
Como insulto final, fue arrojada una gran roca contra el ataúd, destrozando los soportes del sarcófago con forma de león.