El KV-2 fue concebido como un tanque de ruptura, perfecto para atacar fortificaciones y defensas terrestres.
El peso del KV-2 aumentó hasta las 57 toneladas y su velocidad máxima se redujo a menos de 30 km/h.
El general Yegor Solyankin envió sólo un KV-2 y algunos soldados de infantería para cortar el paso.
Otros intentos fueron igualmente desechados, hasta que por la noche colocaron varias cargas explosivas en las orugas y en el casco, siendo infructuosos y cobrándose la vida de algunos soldados a causa del fuego de ametralladoras del KV-2.
Finalmente, un zapador de la 1.ª División Panzer introdujo durante la noche una carga explosiva por la boca del cañón, rematándolo.