[1] A pesar de su nombre en español, la unión austrohúngara no era un imperio propiamente dicho, sino una monarquía dual, por lo que el título de emperador y el adjetivo «imperial» en sí solos no bastaban para describir la jurisdicción compartida, pues aunque Austria y los territorios del Consejo Imperial se definían como imperio, Hungría seguía manteniendo la calificación de reino.
Ya antes del Compromiso austrohúngaro de 1867, en los territorios gobernados por los Habsburgo austríacos (con capital en Viena) se usaba el adjetivo compuesto kaiserlich und königlich,[3] habitualmente escrito con guion y pronunciado sin la conjunción: kaiserlich-königlich, abreviado k.-k.[4] Eso se debe a que los Habsburgo gobernaban los reinos de Hungría, Croacia y Bohemia como reyes, a la vez que ejercían de emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico hasta 1806.
En octubre de 1869, Francisco José I emitió un decreto dirigido a las instituciones compartidas por ambos Estados de la unión dual,[7] incluidas las fuerzas armadas, utilizando por primera vez en el contexto austrohúngaro el título y adjetivo kaiserlich und königlich.
Por lo tanto, es importante diferenciar entre el uso de las siglas según épocas:[1] Cabe destacar, no obstante, que en la práctica, las instituciones austrohúngaras usaban casi exclusivamente el título «imperial y real» (k. u. k.) para todos los asuntos de Estado.
Este, por ser káiser del Imperio alemán a la vez que rey de Prusia, obtuvo el título combinado Kaiserliche und Königliche Majestät como tratamiento hereditario, si bien tanto en el tratamiento protocolario habitual como en notas y comunicados oficiales solo se hacía uso del tratamiento Majestad, y es el único contemplado actualmente en el idioma alemán para la persona histórica del emperador alemán.
De hecho, muchas otras instituciones ni recibían este adjetivo, si bien se usaba la palabra Reich (como Reichstag para el parlamento).
A su vez, el enfoque «real» se daba principalmente en cuestiones de los reinos alemanes, como Prusia o Baviera.
Ya que desde un principio, los emperadores alemanes consideraban a Prusia parte integral (en realidad, la parte principal) del Imperio alemán, tuvo sentido el uso de un solo título (el de káiser), en contraste con la monarquía dual austrohúngara, que era una unión monárquica entre dos entidades separadas.