En 1907 abandonó su cargo en la oficina técnica para trabajar en el ferrocarril alemán de Tsingtao, en China.
Al año siguiente, Dorpmüller es nombrado jefe departamental del Deutsche Reichsbahn en Stettin, luego en 1922 es destinado al mismo cargo en Oppeln, y en 1924 es destinado a la Cuenca del Ruhr.
Al año siguiente, es designado administrador general del Deutsche Reichsbahn.
Sin cuestionar las órdenes gubernamentales, Dorpmüller proporciona con sus trenes el apoyo logístico exigido por Heinrich Himmler para el exterminio de judíos, mientras coordina las administraciones ferroviarias de la Europa ocupada por los nazis (e inclusive las administraciones de los países aliados y satélites) para el mejor servicio del Tercer Reich en sus necesidades bélicas, aprovechando al máximo los recursos materiales (combustible, vagones, locomotoras) existentes.
Tras disolverse el “gobierno Dönitz”, Dorpmüller es convocado por las autoridades aliadas para hacerse cargo de la reconstrucción de los transportes alemanes, después que agentes estadounidenses calificaran que “no era simpatizante ni activista del nazismo”.