En la Antigua Roma, los Juegos Capitolinos (en latín: Ludi Capitolini) fueron los juegos sagrados anuales (ludi), celebrados en octubre e instituidos por Marco Furio Camilo en el 387 a. C., en honor de Júpiter Capitolino, y en conmemoración de que no se hubiese tomado el Capitolio por los galos ese mismo año.
Festo decía que le vestían con una toga praetexta y le colgaban una figura de un toro alrededor del cuello, no como lo pudiera llevar un niño, sino como un ornamento que llevaban los reyes de Etruria.
Cada cuatro años, a principios del verano, se congregaban contendientes de diferentes naciones para participar en múltiples competiciones.
Se otorgaban a poetas recompensas y coronas que eran colocadas en la cabeza por el propio emperador.
Pero las fiestas no sólo eran para los poetas, sino también para los campeones de las competiciones, oradores, historiadores, humoristas, magos, etc.