A la vallisoletana le correspondían 69500 maravedíes por encabezamiento y 16977 por servicio, siendo incluidas en el cálculo las pequeñas aljamas de las localidades de Cigales, Mucientes, Portillo y Zaratán.
Los monarcas castellanos fueron configurando un ordenamiento restrictivo con respecto a las actividades económicas que podían desarrollar y la vestimenta que debían portar tanto judíos como mudéjares, hasta la promulgación (precisamente en Valladolid) de las denominadas Leyes de Ayllón en 1412.
La más antigua estaba situada intramuros, al suroeste de la población y muy cerca del alcázar.
Estos judíos no estaban obligados a vivir rodeados por una cerca ni en barrios apartados.
Ejercían oficios diversos como el de platero, sastre, carnicero, bordador, zapatero, barbero y muchos más.
La guerra civil que se desencadenó no les favoreció nada entre otras cosas porque su defensor y protector era el rey Pedro que fue precisamente el perdedor.