Al interior del barrio hebreo se accedía por una puerta llamada de la Judería.
La ciudad tuvo que ser repoblada por Alfonso X el Sabio y se constituyó una numerosa comunidad hebrea en Jerez.
Los repartidores los instalaron en un barrio aparte separado del resto de la ciudad por una muralla.
En los barrios judíos las calles se tornaban estrechas, tortuosas, casi impracticables, porque había que aprovechar al máximo el espacio habitable disponible, pero la judería de Jerez estaba muy bien organizada, incluyendo las dos sinagogas y otras instituciones comunitarias.
En el barrio judío jerezano vivían cristianos, y asimismo había judíos que habitaban fuera de ella, con lo cual el contacto interreligioso parece que en no pocos períodos fue fluido y próspero.
El Libro del Repartimiento de Alfonso X el Sabio aporta muy pocas noticias sobre sus oficios.
Estos conversos implicarían una importante baja en la población de la judería, que reforzaría su profunda crisis.
En el Jerez actual apenas queda el reflejo del nombre asignado a algunas de sus calles y la geografía urbana, donde se puede identificar el lugar que ocupaba la judería.