Prebendado y párroco en varias iglesias, alcanzó por oposición una canonjía en la catedral de Sigüenza.
Invitado por el Gobierno durante la "década moderada" a servir de agente en las negociaciones encaminadas al restablecimiento de las relaciones diplomáticas con el Pontificado, desempeñó su función con gran éxito.
Isabel II recompensó su adhesión a la facción liberal y sus trabajos intelectuales encontra del carlismo[2] con la elevación a la sede arzobispal de Sevilla.
"Diccionario de Historia Eclesiástica de España" - Quintín Aldea Vaquero, Tomás Marín Martínez y José Vives Gatell.
Editado por Instituto Enrique Flórez, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1973.