Judíos practicantes: Diferentes estimaciones: La presencia de judíos en Chile se remonta a la llegada de los primeros conquistadores españoles al territorio nacional a partir del siglo XVI.
Según algunas estimaciones, cerca de 25 000 chilenos se reconocen como judíos practicantes,[2] siendo así una minoría religiosa en el país; mientras, habría una descendencia estimada de entre 150 000[1] a 175 000 personas,[2] incluyendo a judíos que no practican el judaísmo, siendo la cuarta comunidad judía más grande de América Latina tras Argentina, Brasil y México.
El Dr. Maldonado fue acusado al Tribunal de la Santa Inquisición por sus hermanas, devotas cristianas, de intentar convertirlas al judaísmo, Maldonado se declaró abiertamente judío, lo que le valió la condena a ser quemado vivo en 1639, mientras tanto que Briceño, como escotista, consideró la filosofía religiosa como un medio de acercamiento a Dios por sobre la institución religiosa, sin tener que alejarse del catolicismo.
No obstante, la mayoría de esos inmigrantes y los del siglo XIX se asimilaron.
En Valparaíso, se instalaron los primeros judíos europeos, en especial alemanes y franceses.
Escrito inicialmente en yidis y luego bilingüe en castellano, siendo renombrado como La Palabra Israelita a partir de 1945.
[14] En 1939, se hizo público que funcionarios de la cancillería realizaban cobros ilegales a los refugiados judíos, para tramitar su ingreso al país, lo que generó un gran escándalo y provocó la renuncia del ministro de Relaciones Exteriores, Abraham Ortega Aguayo.
[16] La actual presidenta de la comunidad judía en Chile es Ariela Agosin, siendo la primera mujer en detentar dicho cargo.
De acuerdo al International Jewish Cemetery Project, se encuentran documentados tres cementerios judíos en el país, en Providencia, Temuco y Valparaíso.
[20] Entre sus miembros, destacan premios nacionales, médicos, empresarios, artistas, abogados y políticos, entre otros.