La tierra del cementerio es considerada santa y se debe realizar una ceremonia especial a partir de su inauguración.
La compra del terreno y el mantenimiento para su funcionamiento es generalmente financiado mediante un fondo común de la colectividad residente en la zona donde se ubica cada cementerio.
Las lápidas suelen tener inscripciones en hebreo y en la lengua regional o materna del difunto.
Los cementerios más grandes, por extensión y por número de sepulturas, se pueden encontrar en Polonia, Hungría, Alemania, República Checa, Austria e Israel.
[8] Argentina, seguido de Brasil, son los dos países con mayor población judía en América Latina.