Jubileo de 2000
En muchos aspectos, las normas se simplificaron respectos a años anteriores: las condiciones de confesión, comunión, oración por el Papa y renuncia al pecado se mantuvieron, pero a diferencia de otros años santos, fue necesario solo visitar una iglesia un día.En la visita, se debía participar de una celebración religiosa o estar media hora en la adoración eucarística.Así también, el Jubileo se extendió a todas las diócesis del mundo.Visitar cualquier catedral o santuario designado por el obispado aseguraba lo suficiente para ganar la indulgencia.Finalmente, la indulgencia podía ser obtenida mediante un sacrificio personal u obras de caridad, especialmente las mencionadas en el documento, tales como dejar el alcohol o el tabaco por al menos un día, o realizando una donación para ayudar a los pobres.La liturgia incluyó lecturas de la Biblia, del luterano Dietrich Bonhoeffer y el teólogo ruso Georgi Florovski.Al finalizar la oración del Ángelus, el Papa indicó que tal ceremonia era necesaria.Sin embargo, los hijos de la Iglesia saben la realidad del pecado, cuyas sombras se reflejan en ella, oscureciendo su belleza.Para la ocasión, el Papa firmó su carta apostólica Novo Millennio Ineunte[2] donde expresaba sus prioridades para el nuevo milenio.