Juan de San Sansón

Juan quedó ciego desde los tres años después de contraer viruela y recibir un tratamiento médico deficiente para la enfermedad.Perdió la vista a los 3 años tras contraer viruela, y más por un fallido intento de curar la enfermedad.El cuñado más joven de su hermano, Jean Douet, estaba dispuesto a leerle obras espirituales en voz alta, y él continuó pasando de los intereses mundanos a la vida espiritual.Durante su año de noviciado, un joven fraile llamado Olivier se contagió de una peste y los demás decidieron abandonar la casa, pero Juan se quedó para cuidarlo.En un caso, John evitó que Olivier saltara por una ventana durante un ataque de delirio; John rezó para recuperar el sentido y siempre que pudiera hacer su confesión final, después de lo cual Olivier murió.[9]​ Más tarde, Juan se vio afectado por una fuerte fiebre, pero se recuperó rápidamente después de invocar una oración utilizada por los sacristánes en San Pedro en Roma para disipar las fiebres.Juan tuvo que pasar por un segundo noviciado para poder unirse a la Provincia Reformada."[13]​ Durante sus días en Rennes, donde vivió hasta su muerte, Juan fue un ejemplo de observancia.[15]​Su devoción al Santísimo Sacramento era privilegiada, y con frecuencia recibía consuelos sensibles durante horas después de comulgar, mientras subsistían en su cuerpo las especies eucarísticas.Admitió ante sus superiores que Dios le había dado una facultad sobrenatural para sentir la presencia o ausencia de la Eucaristía, así como la presencia de los sacerdotes, aun cuando éstos pasaran desapercibidos entre los laicos.Thibault le pidió que dictara su manera de orar, y Juan produjo el breve tratado titulado "El Ejercicio de la Elevación del Espíritu a Dios."Los frailes carmelitas descalzos también lo aprobaron y añadieron, "no apaguen este espíritu".La comunidad nombró a un fraile más joven, José de Jesús, para ser su ángel guardián, atendiendo las necesidades del hermano anciano.Después de recibir los últimos sacramentos, se disculpó diciendo: "Ruego a todos, desde el más alto hasta el más bajo, que me perdonen, les he dado a todos mucho, muy mal ejemplo".[23]​ Los dictados pueden ser desordenados y llenos de digresiones, pero también espontáneos con coloquios apasionados.[25]​ Su espiritualidad favorecía la introversión y la oración continua, y más afectivo que intelectual, habla a menudo del alma enzarzada en una batalla amorosa con Dios; que el alma lance dardos de anhelo en el corazón de Dios, que son devueltos por su gracia.Escribió: "La aspiración, practicada como una conversación familiar, respetuosa y amorosa con Dios, es un método tan excelente que, por medio de ella, se llega pronto a la cima de toda perfección y se enamora del Amor".
Ciego tocando la zanfonía (Georges de La Tour)
Rennes, casa de los Carmelitas.
Rennes, antigua capilla de los Carmelitas descalzos, actualmente parte de la iglesia evangélica de Francia.