Hacia la mitad del siglo XIV, Rocatallada se dedicó a la alquimia, especialmente en el área de la quintaesencia.
Hay que destilarlo muchas veces a goteo, hasta obtener el «aguardiente» (aqua ardens).
[1] Desde entonces, el método de obtención del alcohol, es decir, la destilación, se empezó a utilizar con más frecuencia.
Rocatallada escribió Consideraciones sobre la quintaesencia (Consideratione quintae essentiae), un tratado de suma importancia que más adelante sería la base para la medicina química.
Fue tal su relevancia, que los farmacéuticos del tiempo decidieron utilizar el alcohol, promoviendo una nueva forma de farmacopea, y posteriormente a la farmacia.