Las fiestas de este pueblo tienen lugar el primer fin de semana de agosto en honor a la Virgen del Rosario, en estas fiestas se va a Nombrevilla, un pueblo cercano y se pasa el día allí alabando a san Gregorio, también hay discomóviles y orquestas por las noches en el pabellón municipal.
El nombre de esta importante calle se debe a que probablemente existió algún torreón de vigilancia construido para mantener la comunicación visual con Daroca y los puntos fortificados a ambos lados del río Jiloca hasta el castillo de Báguena.
A medida que la población fue creciendo, las edificaciones se construyeron hacia el barranco natural que cruza el pueblo y en una fase de crecimiento posterior las casas se construyeron al otro lado del barranco.
La superficie edificada llegó hasta las proximidades de la ribera del río formando un núcleo urbano desparramado pero con una disposición cómoda.
De esta primera edificación poco conocemos porque solo se conserva un pequeño muro de mampostería y algunas piedras angulares ya que entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII se derribó para ampliar el solar y construir la Iglesia actual.
Flanqueando el portón encontramos adosado un arquitrabe decorativo con remates mudéjares de gran belleza.
El sabio Menéndez Pelayo escribió ya en 1880 que "el referir y contrariar los yerros cometidos por los biógrafos de Arnaldo sería prolijo y enfadoso".
Sin embargo, muy pronto emigró, presumiblemente con su familia, al vecino reino de Valencia, poco tiempo antes conquistado por el rey Jaime I (entre 1225 y 1262) para los cristianos.