Juan de Padilla, el Cartujano

Su Laberinto del marqués de Cádiz Ponce de León (Sevilla, 1493), publicado antes de su ingreso en la Cartuja, se consideraba obra perdida hasta que en fecha reciente, el único incunable que ha llegado hasta nosotros se localizó en la biblioteca universitaria de Innsbruck (Austria).

A diferencia del Retablo de la vida de Cristo, puramente narrativo y ajustado al relato evangélico, en el que predomina la intención didáctica en línea con la devotio moderna,[11]​ Los doce triunfos de los doce apóstoles, de mayor calidad literaria, forman una composición alegórica cuya intención, explicada por el autor en el argumento de la obra, es narrar los «hechos maravillosos» de los doce apóstoles siguiendo el curso del año, dividido conforme a los doce signos del zodiaco por los que discurre el Sol, por el que se entiende a Cristo.

[12]​ A esos iniciales elementos astrológicos, en los que cada apóstol se asocia a una constelación, se agregan otros de carácter cosmológico y geográfico, siguiendo los desplazamientos de los apóstoles, y el autor visita el Purgatorio y el Infierno guiado por san Pablo.

[13]​ Solo se imprimió una vez (Sevilla, 1521), como un testimonio tardío de la escuela alegórico-dantesca del prerrenacimiento poético español del siglo XV.

Pero resulta un poema narrativo lleno de sorpresas que le dan no poca amenidad: aquí y allá se encuentran embebidos en la obra materiales de relleno como los nobles linajes de España, sus reyes, ciudades, lugares, momentos y hechos históricos (incluyendo el descubrimiento de América por Cristóbal Colón), etcétera.

Portada de Los doze triûphos de los doze Apóstoles: fechos por el cartuxano , Sevilla, por Juan Varela, 1521.