Juan Gregorio Cerezo
No obstante, varios de sus proyectos sufrieron considerables retrasos o fracasaron por completo por haber sido mal presupuestados y programados.Las elecciones fueron notoriamente fraudulentas en los remotos pueblos de Chumbicha, Fiambalá y Santa María.[5] El presidente Roberto M. Ortiz vio en Catamarca una oportunidad para demostrar que estaba decidido a terminar con el fraude electoral, y ordenó al ministro del Interior, Diógenes Taboada, analizar con cuidado los resultados de los comicios y las denuncias recibidas.[4] No obstante, el presidente Ortiz debió solicitar una licencia médica poco después, siendo reemplazado por el vicepresidente Castillo.Éste dilató las elecciones en Catamarca hasta fines de 1941, y en el ínterin reemplazó a Martínez Pita por Gustavo Martínez Zuviría, quien presidió elecciones tan viciadas como las que había organizado Cerezo, que llevaron a la gobernación al conservador Ernesto Andrada.