Viajero e investigador incansable, realizó numerosas expediciones que enriquecieron los conocimientos de topografía, arqueología y etnografía del país.
Representó por primera vez a la Argentina en el Congreso Científico de Nueva York, celebrado en 1902.
Ya tenía reconocido perfil en los ámbitos científicos de América y de Europa; representando al país en numerosos congresos científicos internacionales.
Ha dejado una bibliografía fundamental -más de 70 ensayos- para las distintas especialidades a las que se dedicó.
Entre sus muchas obras sobresalen Arqueología argentina, Supersticiones y leyendas, Los monumentos megalíticos de Tafí del Valle (1896), La civilización calchaquí, Los cementerios prehistóricos del Alto Paraná.
[5] El museo que se encuentra junto a la pérdida ciudad de los Quilmes en los Valles Calchaquíes, recibe actualmente su nombre.