Juan Baliño Ledo
Juan Baliño Ledo (1901-1999), fue un abogado vigués, promotor del autonomismo regional y de un galleguismo moderado.[12] Incluso llegó a condenar, por radio y en la prensa, los sucesos revolucionarios de octubre de ése año, expresándose contrario al socialismo.En Vigo, el mismo mes de julio inició la represión, siendo fusiladas por traición varias personas, incluido el alcalde Emilio Martínez Garrido, así como en agosto Apolinar Torres López y posteriormente Víctor Fraíz Villanueva, estos dos últimos sindicalistas que habían hablado también a favor del autonomismo en el mismo ciclo en que lo había hecho Baliño.En el caso de Juan Baliño, sólo su reconocida ecuanimidad y moderación, así como su personalidad católica y contraria al marxismo, le permitieron sortear, en el juicio que se le instruyó los cargos de comunista y rojo, más no el de “separatista” y “rebelde estatutista”, por los cuales fue condenado a la pérdida de su cargo y a la inhabilitación perpetua en Galicia.Sus discursos de 1936 y su defensa judicial revelan una posición a la vez españolista y autonomista (galleguismo), semejante a las esgrimidas en su momento por Antonio Maura y José Calvo Sotelo, por lo que su pensamiento era -como él mismo lo definió en su defensa- la de un “autonomista doctrinal no afiliado al partido”.[14] No obstante, fue ‘depurado’ por el franquismo, supuestamente por atentar contra la unidad de España;[15] dentro de un proceso sumamente irregular, donde a pesar de ser absuelto en 1937, se ordenó que fuera condenado en 1940, desestimándose todos los recursos interpuestos.Aunque amenazado, apartado del servicio público y privado de sus ingresos, resolvió sin embargo no exiliarse y dedicarse -a pesar de ser muchas veces relegado- al ejercicio de su profesión, dado su profundo arraigo a Galicia.Finalmente en 1977, cuarenta años después, en aplicación de la amnistía concedida a los perseguidos políticos del franquismo, fue rehabilitado en sus derechos, reconociéndose que su proceso de ‘depuración’ obedeció a “hechos de intencionalidad política”.[24] Tras su inhabilitación, debió retirarse de toda actividad pública, colaborando primero en el despacho particular de Roberto González Pastoriza y posteriormente en su propio bufete, donde atendió diversos asuntos.Sobre su gestión al frente del periódico, el escritor y cronista de la ciudad de Vigo, Ceferino de Blas reconoció que Baliño fue no solamente “el gran decididor” de sus publicaciones entre los 1950’s y los 1980’s, sino también su “gran teórico”, destacando sobre ello la organización del Número Especial Conmemorativo del Centenario (1853-1953).[26] En dicho número, además de plasmar sus propias perspectivas, Baliño editó una verdadera enciclopedia abreviada de 280 páginas, distribuidas en planas periodísticas ilustradas y empastadas, con notables contribuciones sobre historia, filosofía, ciencias, artes, jurisprudencia, paisajística, urbanística y gastronomía, tanto españolas como sobre todo gallegas, recogiendo también interesantes contribuciones sobre las profesiones y técnicas asociadas al periodismo y su historia.[27] Los intereses humanísticos, literarios y periodísticos de Baliño, lo llevaron asimismo a participar en otros medios, como El Correo Gallego, del cual fue miembro del Consejo de Administración,[28] infundiendo asimismo su vocación en su hija menor María Luisa Baliño Díez, quien obtuvo el título correspondiente de la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid en 1957, ejerciendo durante algún tiempo como corresponsal en Ginebra.[29] Antes de fallecer, en 1999, limitado en el habla a raíz de una embolia, sintetizaba su vida y legado con las siguientes palabras: “persona, católico, Vigo, España”.Santiago de Compostela, 2005. https://minerva.usc.es/xmlui/bitstream/handle/10347/9547/b1957986x.pdf?sequence=1&isAllowed=y Número Especial Conmemorativo del Centenario (1853-1953).