El término no se remonta más allá del siglo XVIII.
Se suele acompañar con guitarras, bandurrias, laúdes, dulzaina y tambor, mientras la pareja de bailarines danza manteniendo se baila saltando con las manos en cruz, ocasionalmente acompañados de castañuelas.
La música va frecuentemente acompañada por canciones que reciben el nombre de coplas.
Parece claro que el término procede de sotar, esto es, saltar o bailar.
Su estructura rítmica, según ciertos autores, puede provenir del “Canario”, danza con ritmo ternario y airoso zapateado.