Se había atribuido a sí mismo el título nobiliario de Sar.
Su hermano mayor, Adrien, quien llegará a convertirse en gran médico y erudito, le introduce, desde muy temprana edad, en el campo del saber cultivándolo con todo tipo de conocimientos, así mismo, comienza desde niño a realizar viajes a Aviñón o Nîmes, lo cual le confiere un espíritu sagaz e independiente que en no pocas circunstancias le acarreó ciertos problemas y discrepancias, entre ellas, el haber sido rechazado por el liceo por haber abochornado a un profesor calificándolo de ateo, luego de haber asistido a un pequeño seminario en Nîmes.
Se reencuentra con Léon Bloy y Paul Bourget y entusiasma a Jules Barbey d'Aurevilly para que redacte el prefacio para su novela Le Vice Suprême (1884) «El Vicio Supremo», un libro extraño, amasijo de romanticismo y ocultismo, donde se pone en escena la lucha de fuerzas secretas que se ensañan en destruir la humanidad y que resolutamente toma una postura contraria al naturalismo de Émile Zola.
[cita requerida] En 1888, publica su libro más conocido, Istar, engalanándose con el pomposo título de Sar y con el apellido babilónico «Mérodack».
He amado consecutivamente durante seis mil noches a la lengua francesa; de manera tal, que puedo expresar cualquier cosa en ella».
Abicionaba erradicar la fealdad del mundo moderno, la cual, a sus ojos, se encarnaba en el judaísmo especulador y el laicismo masónico.
Sus fastidiosas tragedias comprendían un fárrago de pintura, música, y un escenario rimbombante donde Babilonia y Jesucristo, por ejemplo, se veían sujetas a una ambición teatral completamente anticipada, por lo cual, nunca tuvieron éxito alguno.