[2] En 1956 él y su hermano decidieron viajar a Ariège por unos primos franceses, quienes les hablaron por primera vez de la espeleología.
Viajaron por Semana Santa, después de haber visitado varias cuevas turísticas, Josep se apasionó por la espeleología.
Al año siguiente decidieron volver, contactaron con un grupo local de espeleología y visitaron otras cuevas.
[4] Josep Subils fichó a Fèlix Alabart como fotógrafo, quien realizó unas diapositivas que luego fueron recopiladas en una proyección.
[7][8] Ese mismo año conoció a Ferran Godoy, con quien dio un curso de escafandrismo.
[9][10] Un día después los cuerpos fueron trasladados a Barcelona, el funeral se realizó en la parroquia de San Agustín.
[11] Su muerte causó gran revuelo en la comunidad espeleóloga, siendo portada en muchos periódicos y revistas.