Llegó a ser un eminente filósofo que seguía fielmente las doctrinas de Félix Varela.
Llegó también a dominar idiomas como el inglés, francés, italiano y alemán, haciendo más notable aún su vasta cultura.
Al iniciar su actividad se empeñó en aplicar a fondo los conocimientos e ideas de su maestro, Félix Varela.
Se hizo famoso no sólo entre sus admiradores, sino también entre sus detractores, por su fidelidad a la metodología y doctrinas de Varela, incluso para impartir sus clases, y según sus propias palabras, lo citaba casi diariamente.
En 1848 fundó el Colegio del Salvador, que formó a numerosos intelectuales cubanos.
Se dice que 500 carruajes y más de 6.000 personas acudieron al sepelio y que el capitán general decretó un homenaje póstumo al “destacado director del colegio San Salvador”.