El regimiento fue enviado a combatir contra Portugal tomando parte en lo que sería la Guerra de los Siete Años.
Reseguín fue elevado al rango de teniente coronel del regimiento en 1780.
Las reformas de impuestos que se establecieron en la América Española durante el siglo XVIII modificó en gran medida en trato que tenían las autoridades españolas con las autoridades indígenas.
Mientras tanto Dámaso y Nicolás Katari asediaban la ciudad de La Plata con 7000 indígenas, Ignacio Flores logró liberar la ciudad pero no pudo perseguir a los sublevados.
El pueblo estaba comandado por el rebelde mestizo Luis Lasso de la Vega, que fue sargento del ejército pero se unió a las fuerzas de Túpac Amaru II.
El regimiento Saboya fue el encargado de defender el pueblo en caso de algún ataque indígena, se enviaron mensajes a Suipacha y Tarija pidiendo que se les uniesen más tropas leales a la corona.
Reseguín consiguió que sus tropas estuviesen bien preparadas para el combate, en campo abierto resultaban invencibles ante el ataque indígena que solamente lanzaba piedras y palos, las tropas españolas podían realizar hasta 50 disparos por minuto y esto resultaba desastroso para los indígenas.
Al llegar a la ciudad de La Paz los combates fueron más violentos, 1500 indígenas fueron abatidos en Achocalla y otros 3000 cayeron muertos cuando el ejército logró liberar la ciudad.
Allí los recibió el comandante Sebastián de Segurola y la población trató como héroes a toda la tropa, pero Flores se dio cuenta de la falta de víveres en la ciudad y que no podría mantener por mucho tiempo a toda la tropa.
Varios pueblos fueron masacrados mientras Reseguín continuaba su camino, pero también cientos de indígenas rogaban el perdón del virrey y se unían a las fuerzas españolas.
En los próximos días todavía se dieron combates en las afueras de la ciudad resultando otra matanza de 1000 indígenas, es entonces que Reseguín ordena al ejército avanzar hacia Peñas.
La paz duró poco, Reseguín hizo arrestar a Miguel Bastidas y a todos los coroneles indígenas bajo el pretexto de no haber entregado sus armas.
El único líder indígena que se había negado a rendirse fue Túpac Katari, pero éste fue traicionado por los suyos y capturado por el capitán Mariano Ibáñez.
Según su análisis necesitaba 7000 soldados para pacificar la zona pero solamente logró agrupar 4000 hombres, se dirigió al pueblo de Sinopaia donde incautó todas las tierras en posesión de los indígenas, luego pasó a Cabari donde derrotó a una pequeña fuerza de sublevados.
Reseguín dio por terminada la campaña y dispersó a su ejército el 26 de julio.
Matías tuvo un hijo de nombre Mariano que se mudó a Lima en 1792.