[1] Nació en el presidio de San Augustín de Tucsón (actualmente Tucsón, Arizona) y fueron sus padres el teniente Mariano Urrea y su esposa doña Gertrudis Elías González, quienes se casaron en Arizpe en 1796.
Como partida de bautismo no expresa el día de nacimiento, es probable que ésta haya tenido lugar el 27 anterior en que la iglesia católica venera a San Cosme.
Declinó la mediación de varias personas, entre ellas del señor obispo Zubiría, para volver las cosas a la normalidad, impidió la reunión del Congreso Local y pretendió obligar al gobernador y comandante general de Chihuahua que se sumaran a la rebelión, originando un conflicto armado que no tuvo mayores consecuencias por la mediación oportuna del licenciado José Joaquín Avilés, Magistrado de Circuito, y de otros funcionarios.
Al final, luego de que los rebeldes se rindieran todos los prisioneros fueron ejecutados.
Convocó a elecciones de la Legislatura la que una vez instalada lo nombró gobernador constitucional y protector del Estado.
Una vez asegurada la situación en Sonora a favor de la causa que proclamaba, entregó el poder al vicegobernador Escalante y avanzó con sus tropas sobre Sinaloa.
Se puso al frente de sus parciales, mientras el gobernador Gándara había vuelto sobre sus pasos y reasumido el gobierno; lo derrotó en el pueblo de Guadalupe, viéndose obligado a retirarse en dirección al citado puerto y se evaporó una vez más dejando comprometidos a los suyos que se sometieron poco después.
El Gobierno General reprobó la capitulación y lo mandó a internar en la prisión de Perote, días después se fugó, fue sentenciado en rebeldía a seis años de destierro en el extranjero y se le reaprehendió en Zacatecas en octubre del mismo año.
El comandante general de México, general Gabriel Valencia, se enfrentó a los rebeldes con las tropas leales a sus órdenes, la lucha armada en las calles de la capital duró doce días y cuando Urrea vio que tenía perdida la partida, entregó el mando al general Manuel Andrade quien capituló en seguida, mientras el principal responsable se escondía una vez más.
El comandante de las armas, general José Antonio Heredia, se opuso a sus pretensiones con la mayoría de la guarnición de la capital, se registraron algunas escaramuzas y, cuando el general Santa Anna consolidó su situación en México, se sometió ofreciendo obedecer lo que dispusiera el Congreso General.
Envió una expedición armada a la isla del Tiburón bajo el mando del coronel Francisco Andrade, con el propósito de sacar a los seris que allí se refugiaban y proyectó abrir una línea de comunicación marítima entre Sonora y Baja California, por la misma ruta.
Jorge Treviño, alcalde de Hualahuises, lo comunicó gustoso a Francisco de Paula Morales, exponiendo que Urrea había ha entrado a Cadereyta con 50 prisioneros Norteamericanos, siendo el acto muy solemnizado.
Finalmente el Ranger Marvin “ Mustang” Grey por dos años se mantuvo junto con sus hombres vigilando el camino de Camargo a Monterrey y Viceversa, pero no pudo saborear su gloria ya que murió al parecer a consecuencia del Cólera en 1848 en Cerralvo Nuevo Leon.
Su carrera militar comprende una serie continuada de cuartelazos, defecciones y desobediencias a las órdenes del Gobierno General.