José Selva Mergelina

[2]​ Su abuelo paterno, adscrito al Partido Moderado, Rafael Selva López de Oliver (1820-1878),[3]​ fue alcalde del municipio;[4]​ era primo de Joaquín María López, el célebre político y tribuno del Partido Progresista.

[8]​ Al igual que sus seis hermanos, José[9]​ se crio en un ambiente fervientemente católico.

Detenido y juzgado con otros requetés por un Tribunal popular, el fiscal pidió la pena de muerte por rebelión militar, pero salvó la vida gracias a que el presidente del tribunal, Enrique Cerezo, había militado en el jaimismo en su juventud.

[33]​ Habiendo heredado una mentalidad netamente católica y tradicionalista, José Selva ingresó tempranamente en el movimiento carlista.

Con una implicación destacada en el movimiento, participó en reuniones tradicionalistas nacionales en Burdeos y Lourdes; en esta última, celebrada en 1913, con ocasión del traslado a España de los restos del general Tristany, fue presentado personalmente al pretendiente Don Jaime.

[36]​ Impresionado por Selva, que era conocido desde 1918 como marqués de Villores, el rey legitimista le confió el liderazgo y la reorganización del jaimismo valenciano.

[39]​ Habiendo demostrado ya en su juventud gran inclinación por las letras,[40]​ hizo también su contribución al periódico como redactor.

[44]​ Sin embargo, por razones que no están del todo claras,[45]​ el pretendiente optó por Villores, nombrándolo —en carta enviada desde París el 17 de septiembre de 1921— su Secretario Político en España, sin abandonar por ello la Jefatura Regional valenciana.

El nuevo líder tradicionalista no logró sortear la crisis del periódico, que cerró en 1922.

[49]​ Continuaron circulando acusaciones públicas[50]​ y Villores no logró establecer un nuevo órgano de prensa, por lo que la rama principal del tradicionalismo no contó con ningún periódico diario de alcance nacional hasta 1932.

[19]​ En cuanto a su estrategia política general, Villores siguió el camino marcado por Don Jaime, abandonando grandes proyectos para centrarse en el trabajo de base, consolidando el Jaimismo su carácter regional y foral.

[53]​ Algunos autores se refieren a esta estrategia como la nueva política carlista, basada en un programa federalista junto con la idea de justicia social y económica.

[60]​ En 1925 el caudillo legitimista optó por retirar su apoyo al directorio militar, dando inicio a una política tradicionalista de oposición.

[62]​ No logró evitar que se produjesen nuevas deserciones,[63]​ aunque consiguió disolver conatos de levantamiento armado.

[66]​ Villores se declaró partidario de una política más activa, apoyando al parecer una amplia coalición católica en defensa de la monarquía, aunque disintió del cardenal Segura al señalarle con firmeza que el movimiento monárquico no podría apoyar el sistema liberal alfonsino.

Aunque el depuesto Alfonso XIII y Don Jaime (no representado por Villores sino por José María Gómez de Pujadas)[80]​ parecían estar de acuerdo en un vago compromiso dinástico,[81]​ la versión corregida por Villores fue rechazada por los alfonsinos.

Al día siguiente, el cortejo fúnebre, en el que participó la plana mayor de los dirigentes carlistas españoles y al que se sumó una multitud de militantes y simpatizantes, constituyó una imponente manifestación en la Valencia republicana.

No se ha publicado ninguna monografía hasta la fecha –ni un trabajo importante ni algún artículo menos destacado–[88]​ y es mencionado escuetamente incluso en obras dedicadas a la historia del tradicionalismo.

Algunos (Clemente) lo consideran un buen líder que en lugar de lucha interna por el poder trajo estabilidad, consolidando el partido.

Villena, Casa Selva.
José Selva Mergelina
Junta Magna de Biarritz presidida por Don Jaime (1919)
Redacción de El Correo Español (1912)
Jaime III
Manifestación jaimista en Villarreal (noviembre de 1930)
El marqués de Villores vistiendo el uniforme de la Real Maestranza de Caballería de Valencia
Palacio de Villores, S. Mateu
Calle del Marqués de Villores, Mislata