Emigrado a Francia con su familia cuando tenía dos años de edad, se formó teatralmente en París.
Entre las obras en las que participó figuran clásicos como Los tres mosqueteros o George Dandin, con dirección de Roger Planchon, trabajando así mismo en obras de la vanguardia teatral.
En los años 1950 regresó ocasionalmente a Italia para trabajar en el cine, el teatro y la televisión.
En la siguiente década se asentó definitivamente en su país de origen para dirigir el drama Sicario senza paga, representado en el Teatro Stabile de Turín, colaborando más adelante en la obra Fastidiosa, de Franco Brusati, con la Compañía de Renzo Ricci, Eva Magni y Giorgio Albertazzi, y después con Salvo Randone y Neda Naldi.
La asociación de Quaglio con Moretti llevó a escena Il Processo di Giordano Bruno, con Antonio Pierfederici, La Rivoluzione di Fra' Tommaso Campanella, con Lino Troisi y La Papessa Giovanna, con Paola Quattrini y un joven Andrea Giordana.