José Murguía

Al ponerse en marcha las enseñanzas de grabado en la Academia de San Fernando, en agosto de 1753, fue, junto con Juan Minguet y Hermenegildo Víctor Ugarte, uno de los tres alumnos elegidos por Juan Bernabé Palomino para cursar los estudios, aunque las clases, según indica Ceán Bermúdez, aún hubieron de impartirse en casa del maestro por falta de medios en el local académico.

[2]​ Como alumno Murguía tuvo un comportamiento indisciplinado, con continuas faltas a las clases, lo que derivó, aunque se le reconocía la habilidad para el dibujo, en varias amonestaciones y la imposición de multas con descuento de los haberes que como pensionado le correspondían, hasta llegar a la cancelación definitiva de su pensión, ya el 2 de febrero de 1758, tras informar el conserje a la junta que no había asistido a las clases en todo el mes anterior, a pesar de que se le podía ver paseando por la corte sin enfermedad que se lo impidiese.

[3]​ En septiembre, diciéndose pobre y sin medios con que mantenerse, presentó un escrito solicitando su readmisión «como el hijo pródigo», al tiempo que reconocía sus yerros, pero la junta rechazó readmitirlo por el mal ejemplo que se daría y las «muy repetidas pruebas de la incorregibilidad de este pretendiente».

[6]​ Esta última lámina mereció incluso el aplauso de los académicos al serles mostrada en la junta, «y declararon está hecha con especial primor y acierto, en cuya atención se le concedió la gratificación de setecientos veinte reales de vellón y se le mandó grabe otra a elección del Sr.

Rescatada por los Relig[iosos] Descalzos de la SSma.

Santo Carmelita repartiendo limosnas . Dibujo a lápiz negro sobre papel verjurado amarillento. Inscripción manuscrita: «Jph Murguia lo inbentó, y dibujó año 1769». Biblioteca Nacional de España .