José María Gatica

Extremadamente pobre, desde niño Gatica trabajó como lustrabotas en plaza Constitución; la habilidad adquirida en las peleas callejeras para mantener su puesto en la estación de trenes atrajeron la atención de un comerciante local, Lázaro Koczi, que tenía vínculos con el boxeo.

Le ofreció participar por dinero en los combates irregulares que se celebraban en The Sailor's Home, el alojamiento para marineros sin trabajo de la misión británica, donde se apostaba en breves combates a tres rounds.

Hasta ese momento, Gatica había compaginado el ring con su puesto de lustrabotas en Constitución.

Perón, aficionado al boxeo, apoyó el primer y único viaje de Gatica a los Estados Unidos en busca de un título mundial; la gira comenzó con éxito, derrotando por nocaut en el cuarto asalto a Terence Young.

El rival fue Lahuse, quien caería, sospechosamente noqueado a penas en 2 minutos de pelea.

Sería la última pelea importante de Gatica, que abandonó el boxeo dos años más tarde.

[5]​ En ese mismo año, la Revolución Libertadora le quitó la licencia y lo obligó a pelear clandestinamente en el Gran Buenos Aires y en el interior del país, siempre a estadio lleno.

A fines de los años cincuenta atrajo brevemente la atención del público cuando sus escasos bienes se perdieron en una inundación.

Gatica y Juan Domingo Perón, alrededor de 1950. Gatica le dijo: «General, dos potencias se saludan».
José María Gatica (izquierda) enfrentando a Luis Federico Thompson (1927-2010) en 1952.
José María Gatica en 1954.