Se trasladó a Madrid en 1915, continuando sus estudios en el seminario menor de esta diócesis.
Ordenado sacerdote en 1926 por Leopoldo Eijo y Garay.
En 1938 fue nombrado por el obispo Eijo y Garay vicario general de la diócesis.
Le confesaba semanalmente hasta que se ordenó Álvaro del Portillo, el 25 de junio de 1944, y pasó a ser su confesor.
Se recuperó de ella pero su salud quedó muy afectada.