Introdujo la litografía en su país y dio un impulso importante a la arquitectura neoclásica de su ciudad natal.
[1] Reformista en su época, hoy se lamenta que destruyera muchas obras del arte colonial.
El padre Conde, amigo de su padre lo llevó a un taller de platería para que aprendiese el dibujo al mismo tiempo que la orfebrería.
Conoció a Antonio Villafaña, famoso orfebre y con él aprendió a cincelar, pasó entonces al taller de otro afamado artista de su época el pintor poblano Salvador del Huerto con quien se desarrolló en la pintura.
El obispo de Puebla, Antonio Joaquín Pérez Martínez le encomendó realizar el arreglo artístico de la Catedral de Puebla sustituyendo los antiguos retablos barrocos, como el del altar de los Reyes diseñado por Martínez Montañez, por otros neoclásicos, con estucos blancos y filetes dorados como se aprecia hoy en día, lo cual se considera actualmente que cometió una irremisible y lamentable destrucción del patrimonio colonial tal como se dio en la Ciudad de México en mayores dimensiones.