Retirado del ejército y cercano a Prim, participó en las intentonas revolucionarias de 1866.
Al estallar la Revolución de 1868 pasó desde Portugal a Orense, donde se encargó del levantamiento de guerrillas, dando lectura a proclamas preparadas por Manuel Becerra y el general Contreras.
Siete elementos considerados carlistas murieron y alrededor de un centenar de vecinos fueron detenidos como resultado del «pequeño escarmiento» aplicado a la población —que conmemora los hechos aún ahora quemando un monigote que representa al coronel Lagunero en las fiestas de carnaval– y el ayuntamiento, carlista, fue destituido.
[3] Murió en Madrid el 16 de diciembre de 1879, en el Museo Antropológico del doctor Velasco, produciéndose algún altercado entre manifestantes republicanos y policías durante su entierro, al que asistió numeroso público.
[7][8] Había sido condecorado con dos grandes cruces del Mérito Militar y con la de San Hermenegildo.