Cursó sus estudios sacerdotales en Guatemala, donde recibió el sacramento de la ordenación.
Fue nombrado cura propio de Aguanqueterique, en el obispado de Comayagua, función que todavía desempeñaba en 1819.
Por estos motivos después del conflicto fue detenido y conducido a la ciudad de San José, donde se le mantuvo detenido durante un tiempo considerable.
Murió poco después, a la edad de cuarenta y tres años.
Dejó como principales herederas a sus hermanas solteras doña Irene y doña Rita de Alvarado, pero dejó legados considerables para los pobres de Cartago y las principales necesidades de la parroquia.