A pesar de que perdieron la posesión de su hacienda durante la Revolución, Delgadillo recuerda en sus Notas Autobiográficas sus desoladores murales representando la vida diaria local con los peones dibujados más pequeños que el amo.
La gran casona donde vivió hasta los siete años también estaba decorada con murales que él describe como “muy hermosos”.
Fue miembro del Grupo Cultural Maíz Rebelde, con artistas como José de Molina, Roberto López Moreno, Carmen de la Fuente, José Tlatelpas, Leopoldo Ayala, Yamilé Paz Paredez, Pedro Damían, Cristina Gómez, el grupo Los Nakos, Mario Ramírez, Benito Balam y Francisco Segura, entre muchos otros.
Posteriormente, el Partido Mexicano Socialista (PMS), de la izquierda opositora al PRI (el Partido Revolucionario Institucional), que gobernó México desde 1929, terminó escogiendo a Cuauhtémoc Cárdenas, quien había desertado del PRI.
Este no era para nada un socialista sino un “demócrata progresista”, como lo describía Delgadillo, pero eso era suficiente para el pintor y este dedicó su talento como muralista a la candidatura de Cárdenas.
Pero afirmaba que en aquella época, no entendía las banderas rojas con las hoces y martillos pintadas en los murales de una capilla convertida en auditorio en una hacienda cercana.
El matador ofreció llevarlo a la Ciudad de México y lo presentó al reconocido pintor Carlos Ruano Llopis.
Éste envió al joven con un discípulo suyo, Antonio Navarrete Trejo, del cual se convirtió a su vez en aprendiz, desarrollando con él las técnicas de dibujo y óleo.
Mientras tanto, se sostenía llevando las cuentas en una tienda de abasto y haciendo alguna peletería o alfarería para particulares.
Tuvo su primera exposición individual en 1954, al año siguiente se inscribió en “La Esmeralda” (La Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado), estudiando con Pablo O’Higgins e Ignacio Aguirre, a quienes veía como grandes maestros.
Por ese entonces ya había decidido utilizar como seudónimo el apellido de su madre, en lugar del de su padre ya que, cómo él decía, “Delgadillo” es menos común que “Hernández”.