José González Marín

Destacará como rapsoda, organizando giras por toda España e Hispanoamérica, donde la elegancia de su recitación le granjeará el favor del público y de numerosos intelectuales como Ramón María del Valle Inclán , José María Pemán o Jacinto Benavente, manteniendo incluso una estrecha amistad con varios miembros de la Generación del 27 como Rafael Alberti , Ignacio Sánchez Mejías o Federico García Lorca, que lo visita en su casa de Cártama.

[2]​ Regresó a España al término del conflicto.

Durante las décadas de 1940 y 1950 continúa su exitosa carrera, siendo tal vez el único intelectual en recitar obras del autor granadino Federico García Lorca.

Por su mediación, la talla vestiría una túnica perteneciente a la imagen del Nazareno de su Cártama natal.

También colaboró en cuantas iniciativas realizó la Hermandad durante este periodo, como la colocación del zócalo del altar mayor de la Ermita de San Sebastián, elegido por él y sufragado en parte con su donativo.