José Eleuterio González
Como su tío había muerto por esas fechas y empezaba a experimentar dificultades económicas, aceptó la invitación.La salud del fraile Jiménez empeoró y decidió acompañarlo a Monterrey para que pasara con su familia sus últimos días.El Hospital del Rosario era sostenido por el obispo de Linares, José María de Belaunzarán y Ureña, quién le tomó gran aprecio por los servicios prestados al fraile Jiménez.Comenzó con solo cuatro alumnos que graduaría años más tarde por su propia autoridad, pues todavía no existía una escuela de medicina o farmacéutica en la localidad.Se dice que doña Carmen Arredondo se fijó en un general que había llegado a Nuevo León; ese general era Mariano Arista quien llegaría al Estado a controlar las guerrillas.Don Mariano Arista mandó traer naranjo en flor desde Montemorelos para hacer un sarao y presentar a su amada ante la sociedad nuevoleonesa.Se cuenta que una noche tocan a la puerta del doctor González, avisando que había un herido; al momento de llegar a la choza donde se encontraba el herido, grande fue su sorpresa al descubrir que tal era el general Arista, quien le había robado el amor de su vida; sin pensarlo, Gonzalitos lo curó.Previamente Gonzalitos había trabado buenas amistades con los altos mandos liberales desde hacía un par de años atrás cuando ayudó a la esposa del presidente Juárez en labores de parto mientras la pareja residía temporalmente en la ciudad.Sus incursiones en la política fueron esporádicas pero importantes: en varias ocasiones fungió como gobernador del estado, sobre todo como interino durante la administración de Jerónimo Treviño.José Eleuterio González" como la mejor del Estado de Nuevo León por su tradición en la calidad en la enseñanza y humanismo.