No hay seguridad del momento en que llegó a Italia.
Según algunas fuentes, Francesco Barbaro lo hizo venir a Venecia hacia 1430 como secretario; según otras, llegó para participar en el Concilio de Florencia de 1438-39.
Fue un reputado profesor —entre sus discípulos figura el gran humanista español Alfonso de Palencia— y traductor de Aristóteles, hasta el punto de que el papa Nicolás V, gran admirador del estagirita, lo tomó a su servicio como secretario personal.
Pronto llegó a Roma, donde en 1471 publicó una gramática latina que se hizo célebre.
A pesar de su fama, murió en la pobreza en Roma, en 1486.