Si bien sus pruebas fallaron, cediendo a los franceses Pierre Manhès y Paul David la posibilidad de desarrollar el proceso Manhès-David en 1880, la detallada publicación que hizo sobre los problemas que intentó superar constituyó una contribución significativa al posterior desarrollo y mejora del proceso.
Sin embargo, "aunque sus investigaciones le costaron una buena suma, hasta quedarse sin dinero, desplegó una energía inagotable y una magnífica capacidad para sobreponerse a las adversidades".
Sus experimentos los llevó a cabo en Penistone, pero buena parte de su vida transcurrió en la casa que su padre había comprado en 1841.
[…] Así terminó sin un resultado concluyente la más interesante serie de experimentos jamás realizados y publicados sobre la refinación neumática del cobre.
Así que cuando Pierre Manhès y Paul David desarrollaron el proceso Manhès-David, su mejora fue inmediata gracias al trabajo de Hollway.