[4] Antes de unirse a los Marines en 1940, Basilone sirvió tres años en el Ejército estando destinado en Filipinas.
Basilone creció en el cercano distrito municipal de Raritan en Nueva Jersey, donde asistió a la Escuela Parroquial San Bernardo.
Quedó asignado a la zona denominada Área de Lunga o Lunga Point, perímetro que contenía el aeródromo Henderson, con la Compaña Dog del 1.er Batallón, 7.º Regimiento del teniente coronel Chesty Puller.
En estas condiciones, Basilone movió una ametralladora adicional a la posición, consiguiendo mantener un fuego continuo sobre las fuerzas atacantes japonesas que intentaban avanzar infructuosamente, si bien las defensas de alambradas y obstáculos puestas por los marines ayudaban a tal objetivo.
Ante este nuevo inconveniente, Basilone, con gran riesgo para su vida, mantuvo el abastecimiento cruzando las líneas enemigas y regresando con las municiones que necesitaban con urgencia sus artilleros.
La Infantería de Marina rechazó su solicitud y le dijo que era más necesario en el frente interno.
Pidió de nuevo volver a la guerra y esta vez la solicitud fue aprobada.
En Camp Pendleton, conoció a su futura esposa, Lena Mae Riggi, una sargento del United States Marine Corps Women's Reserve.
Al poco tiempo John Basilone pidió la vuelta a los combates en el teatro del Pacífico.
[4][1][3][2] En Iwo Jima, Basilone sacó a sus asustados soldados de las playas para llevarlos hasta los objetivos fijados en el aeródromo Motoyama, donde, una vez más, sus actos en la batalla destacaron por su valentía al destruir él solo una casamata japonesa bajo fuego intenso de bombardeo;[1] y acabar muriendo poco después justo frente a ellos de un tiro en el pecho.
[3] Irónicamente quizá, hizo realidad el ansiado deseo de ser un "marine normal", al igual que tantos otros de sus compañeros que murieron aquel día en Iwo jima, en el Pacífico.