Su obra está cimentada en las composiciones para teclado, sobre todo suites y tocatas, que se ejecutan indistintamente al clave y al órgano, aunque se prefiere su interpretación con el primero de estos instrumentos.
Froberger es el primer gran músico alemán que asimila tanto la escuela francesa como la italiana y desarrolla estos estilos llevándolos a un lenguaje muy personal, flexible y rico en matices.
Hacia 1634 se trasladó a Viena como organista de la corte de Fernando III, cargo que seguía desempeñando con total seguridad en 1637, año en que viaja a Roma para estudiar con Girolamo Frescobaldi.
Froberger regresa a Viena en 1641 y permanece allí hasta 1658, viajando con frecuencia en misiones diplomáticas para Fernando III.
Esta pieza, de gran inspiración, adopta carácter solemne o meditativo.
Compuestas de cuatro danzas: alemanda, giga (a veces omitida), corrente y zarabanda.