Jesús Piedra Ibarra

Ante ello, diversos grupos de izquierda encontraron agotada la resistencia pacífica, las vías institucionales y veían que el Estado mexicano estaba decidido a aniquilar los movimientos,[4]​ por lo que decidieron pasar a la clandestinidad y optar por la opción armada de la guerrilla ante la valoración de que sería imposible democratizar el poder por vías pacíficas, mismas que se demostraban agotadas tras la Matanza del Jueves de Corpus.Participó en lo que la liga consideraba acciones de expropiación revolucionaria como secuestros y asaltos bancarios,[2]​ acciones que la liga realizaba para financiar sus actividades y hacer frente al Estado.[4]​ En enero de 1974 Jesús Piedra Ibarra escribió una carta a su familia para avisar que estaba con vida.Juventino Romero Cisneros[12]​ quien fungía como madrina —se denomina así en México a personas que colaboran en las operaciones policiacas sin ser agentes, con el fin de cometer tareas ilícitas que los agentes no pueden cometer—[13]​ se le habría abalanzado por la espalda, resistiendo Piedra Ibarra a su detención, sumándose el resto de los agentes para someterlo e introduciéndolo a un vehículo de la DFS Chevrolet anaranjado modelo 1968.[11]​ Su madre, Rosario Ibarra, comenzó entonces su búsqueda por instancias policiales de Monterrey, sin éxito, por lo que acudió a la Procuraduría General de la República a colocar una demanda por su desaparición forzada.El juez Cuarto en Materia Penal con sede en Nuevo León rechazó la imputación a los acusados argumentando la prescripción del delito de secuestro por el tiempo transcurrido, según el marco jurídico vigente.[15]​ Durante el proceso judicial de Nazar, legisladores del Partido Acción Nacional y del Partido Revolucionario Institucional aprobaron una reforma al Código penal mexicano para que las personas calificadas como de baja peligrosidad criminal pudieran contar con el beneficio de la prisión domiciliaria, misma a la que se apegó el acusado además debido a su edad y estado de salud.[20]​ La acusación a Luis de la Barreda no tuvo el mismo éxito judicial por el Caso Piedra Ibarra, por lo que fue exonerado.En su defensa, admitió su participación en la detención de Jesús Piedra pero argumentando obediencia debida.