Entre 1941 y 1945, se refugió en los Estados Unidos, donde también enseñó.
Introdujo una nueva lectura del pensamiento de Hegel en Francia, a partir del tema de la "consciencia infeliz", en los años 1930, aun antes de las célebres conferéncias de Alexandre Kojève.
Fue también gran defensor del pensamiento de Kierkegaard.
Publicó en 1956 Vers la fin de l'ontologie (Hacia el final de la ontología), resultado de un seminario crítico del curso de 1935 Heidegger "Introducción a la metafísica".
Influenció importantes pensadores como Emmanuel Levinas, Gilles Deleuze y Jean-Paul Sartre.