Durante su larga carrera como piloto en el Campeonato Mundial de Rally se convirtió en una figura de culto para la marca Renault y uno de los pilotos más famosos y carismáticos por su conducción espectacular.
Entre sus logros están la conquista, copilotado por su compatriota Jean-Marc Andrie del Rally de Monte Carlo en 1981, imponiéndose ante el poderío del Audi quattro y su innovadora tracción total.
Al año siguiente logró la victoria en el Rally de Córcega también con un Renault 5 Turbo.
Con la versión Maxi del Renault 5 Turbo volvió a reinar en el asfalto de las etapas de rally en Europa, adjudicándose en 1985 el Rally de Córcega, su última victoria en el mundial de Rallys.
Desde su retirada, en 1995, participa habitualmente en exhibiciones de pilotaje, demostrando su acrobático y espectacular estilo sobre diversos vehículos de competición históricos conservados y mantenidos por Renault.