Los descendientes de Loiseleur-Deslongchamps siguen perpetuando la tradición familiar de su vínculo con la naturaleza, adaptándose al nuevo tiempo, hasta convertirse en viveristas luego en paisajistas.
Se interesa también por la sericicultura del gusano de seda y edita varios artículos sobre estos animales y sobre el cultivo de la morera.
Redacta los volúmenes 5, 6 y 7 de 1812, 1815, 1819) ilustrados por Redouté y por Bessa, del Traité des arbres ou Nouveau Duhamel, publicado en París, de Duhamel du Monceau.
Participa también en la publicación del estudio Le Bon jardinier, una enciclopedia hortícola.
Se le dedicaron especies vegetales, en particular una Draba que crece sobre las más altas cumbres de Córcega.