Jean-Pierre Boyer

Nació como un mulato libre en Puerto Príncipe, hijo del colono francés François Jean Pierre Boyer, oriundo de Marsella, y de la esclava africana Marie Françoise Victoire, nacida en el Congo en 1754.Volvió a Haití en 1802, como parte de la expedición naval del general francés Charles Victoire Emmanuel Leclerc, pero luego se unió a los haitianos comandados por Alexandre Pétion el 13 de octubre.Boyer creó las bases de un sistema agrario que todavía en nuestros días mantiene cierta importancia.Se pueden designar las nuevas relaciones como de pequeña propiedad mercantil precapitalista, y fueron dominantes en general durante el transcurso del siglo XIX.Fue con la ocupación haitiana que el nuevo modo de producción se hace plenamente dominante.La ausencia de una clase dominante agraria moderna y la fragmentación de la propiedad junto al retraso tecnológico, provocaron la limitación del mercado interno y una pobreza crónica generalizada.El Código Agrario de Boyer, copiado del Código Civil de Francia código napoleónico, fue puesto en vigencia en Haití en 1821 y tuvo como propósito asegurar la mano de obra a los grandes y medianos propietarios, ya que impedía a los campesinos abandonar los predios donde laboraban.Boyer, que en un momento practicó una política de alianza con los hateros, confrontó serios problemas en la aplicación del Código y los hateros organizaron en 1824 una conspiración en Santo Domingo, que fue denominada la conspiración de los Alcarrizos.Esta revuelta tuvo como propósitos, erradicar el gobierno haitiano y reincorporarse a España.[4]​ La oposición no fue solo de los hateros, sino también de la clase media urbana y rural, que hasta ese momento le había apoyado, pero que no estaba dispuesta a cargar con los problemas heredados por el mandatario haitiano.Luego de ser derrocado, Boyer se exilió en la Jamaica británica con su esposa y consejera, Marie-Madeleine Lachenais.Lachenais había sido esposa del protector y mecenas de Boyerː Alexandre Petión.Boyer expresó su apoyo político y moral a la causa griega, llenando su carta de referencias a la historia griega clásica, demostrando un conocimiento detallado de esta historia, y evocando poderosamente a los revolucionarios contemporáneos griegos como los herederos legítimos de sus antepasados.Otros historiadores sostienen que Boyer envió cien soldados voluntarios haitianos a pelear en la guerra de independencia griega, pero , Supuestamente, el barco en que estos voluntarios viajaban fue abordado por piratas en algún lugar del Mediterráneo y estos combatientes nunca llegaron a su destino.Con gran entusiasmo, supimos que la Helade finalmente se vio obligada a tomar las armas para ganar su libertad y la posición que una vez ocupó entre las naciones del mundo.Tan bello y justo caso, sobre todo, los primeros éxitos que lo han acompañado, no pueden dejar indiferentes a los haitianos, pues nosotros, como los helenos, estuvimos durante mucho tiempo sometidos a una deshonrosa esclavitud, y finalmente, con nuestras propias cadenas, rompimos la cabeza de la tiranía.Además, en la actualidad, la revolución que triunfa en la parte oriental de nuestra isla, está creando un nuevo obstáculo para llevar a cabo nuestro propósito; en efecto, esta porción, que se incorporó a la República que presido , se encuentra en extrema pobreza, y por ello justifica inmensos gastos de nuestro presupuesto.
Caricaturaː La Emigración del Sr. Boyer : — Ah ! Señor Presidenteǃ, jamás lo hubiera reconocido. Me voy al Imperio de Haití, donde espero que me nombren Duque.
Tumba de Jean Pierre Boyer, en el Cementerio de Pere Lachaise.