Al morir Riché, en febrero de 1847, los senadores Ardouin y Dupuy lo propusieron para la presidencia, arguyendo en su favor que no sabía leer ni escribir y pensando que sería su dócil instrumento.
Una conspiración de mulatos fue reprimida con confiscaciones, proscripciones y ejecuciones.
Se rodeó de una lujosa corte, creó una nueva nobleza haitiana, fundó órdenes civiles y militares y emitió una constitución de carácter autoritario.
En diciembre de 1849 contrajo nupcias con Adélina Léveque, que le dio una hija, la princesa Oliva.
Al año siguiente fracasó en otro intento derrotado en la Batalla de Sabana Larga.
[3] En virtud de ello, ostentó la máxima dignidad en las siguientes órdenes: