Benedicto fue un papa meticuloso que reformó las órdenes monásticas y se opuso al nepotismo.
Tras finalizar en 1310 sus estudios, Jacques Fournier sucede a su tío como abad en Fontfroide, donde permanecerá hasta que en 1317 es nombrado obispo de Pamiers, cargo en el que destacará como perseguidor eficiente pero moderado de los herejes cátaros.
[1] El primer problema que tuvo como pontífice, heredado por su predecesor, fue el conflicto con el emperador Luis IV de Baviera.
[2][1] En un principio quiso volver a fijar la sede pontificia en Roma, pero la conflictiva situación en que se hallaba inmersa la península italiana le hizo mantener la sede en Aviñón, donde comenzó la construcción del Palacio de los papas.
Las profecías de San Malaquías se refieren a este papa como Abbas frigidus (El abad frío), cita que hace referencia a que antes de ser elegido pontífice fue abad del Monasterio de Fontfroide (Fuente fría).